Tras 22 carreras, Fernando Alonso señaló que había dejado de sumar en torno a 60 puntos por problemas de fiabilidad de su Alpine los domingos, eso sin contar las hecatombes de Australia y Austria en Q3 y clasificación al sprint, respectivamente.
La escudería de Enstone ha sido un auténtico quebradero de cabeza para el bicampeón de Fórmula 1 en un año en el que sumó seis abandonos y en el que acabó decidiéndose por el proyecto de Aston Martin.
La realidad es que Alpine, tal y como explica Bruno Famin, jefe de motores y mítico ingeniero de F1 que acompañó a Alonso en sus títulos con Renault en 2005 y 2006, ha pecado de exceso de optimismo y ha pagado el riesgo asumido.
El pasado mes de marzo, las unidades de potencia quedaron congeladas hasta 2026, por lo que los equipos no han podido mejorar el rendimiento del motor.
Esto llevó a Alpine a apostar por la potencia en lugar de por la fiabilidad: "De hecho, nos arriesgamos bastante. El riesgo que asumimos fue intentar desarrollar un motor lo más ligero posible y arriesgarnos a no llevar a cabo todo el proceso de validación que habríamos hecho normalmente".
"Queríamos llegar hasta el último momento, y a veces demasiado tarde, porque tuvimos algunos problemas. Pero realmente queríamos apretar al máximo en la parte de desarrollo", explica Famin en declaraciones recogidas por 'Motorsport'.
Es por ello que, a día de hoy, no cambiaría nada: "Creo que la estrategia fue buena, aunque hayamos tenido algunos problemas. Tuvimos problemas en Singapur; dos, de hecho, que fueron muy extraños, porque tener dos problemas diferentes en ocho vueltas fue bastante increíble".
Paralelamente, el ingeniero echa balones fuera y señala a los proveedores externos: "Pero todos los demás problemas que hemos tenido han sido más bien de tipo auxiliar, como la bomba de agua o la de combustible. Y eso es algo que somos bastante optimistas de que podremos solucionar para 2023".
"Creo que no vamos a retroceder en nada. Vamos a trabajar y ya estamos trabajando a fondo en los detalles, sobre todo en la parte auxiliar", ha explicado.
"Pero la segunda parte es que estamos impulsando nuestros procesos de validación; tratando de mejorarlo y tratando de hacerlo de la mejor manera posible para que sea mucho mejor de lo que lo hemos hecho en 2022", ha añadido.
"Si no lo hemos hecho completamente en 2022, no ha sido porque no quisiéramos. Al contrario, es porque hemos preferido impulsar el desarrollo. Así que el objetivo para 2023 es mantener el mismo nivel de rendimiento y hacer que todo sea fiable", ha zanjado.
Las declaraciones de Famin destilan que, de retrotraerse a principios de 2022, hubiera vuelto a tomar la misma decisión de arriesgar y, con conocimiento, jugar a sacrificar la temporada de sus pilotos. Al final, 'pagó el pato' Alonso, pero podría haber sido Ocon... o no.