Mick Schumacher se ha subido al coche rojo que este jueves pilotó Carlos Sainz en los test de Fiorano. El piloto de Haas ha cerrado así una semana repleta de ilusión en Ferrari, en la que tanto los pilotos titulares como los de la academia han podido probar el monoplaza de 2018.
El hijo del 'Káiser' ha realizado una sesión de día y medio entre tarde del jueves y la mañana de viernes. El actual campeón de Fórmula 2 ha completado un total de 50 vueltas a los mandos del SF71-H . Un monoplaza con el que Mick ha disfrutado y ha comparado a los recientes, a pesar de ser un coche de tres años de antigüedad.
"El SF71H es un coche de 2018, pero el comportamiento en pista y las sensaciones que transmite al conductor, tanto desde el punto de vista del agarre en carretera como desde el punto de vista del estrés físico, es muy similar y lo convierte en una excelente base para preparación de la nueva temporada. Además, correr en Fiorano siempre es agradable porque la pista es técnica y exigente. Yo diría que ha sido indudablemente positivo", ha comentado el piloto alemán en unas declaraciones a la 'Rai'.
La academia de Ferrari ha publicado un vídeo en su cuenta de Twitter de la sesión del joven germano. La cuenta de la propia Fórmula 1 también se hacía eco de la vuelta de un Schumacher a Fiorano. "Hay algo mágico en ver a Mick en Ferrari", ha publicado en un tuit.
Mick ha dejado claro que su objetivo es ser piloto del equipo con el que su padre ganó cinco títulos mundiales de Fórmula 1: "Mi sueño es pilotar un Ferrari algún día, pero estoy en mi primer año y todavía tengo mucho que aprender".
El hijo del heptacampeón del mundo debutará en el 'Gran Circo' con el equipo estadounidense Haas, con quien ya participó en los test de Abu Dabi del mes diciembre probando el Haas VF 20. La escudería norteamericana ha apostado, junto a Mick, por otro joven piloto como Nikita Mazepin. Ambos se estrenarán en la máxima competición automovilística el 28 de marzo en Baréin.