Mercedes ha vuelto a poner en la picota la polémica del 'porpoising'. Tanto George Russell, como más especialmente Lewis Hamilton, sufrieron mucho en el trazado urbano de Bakú debido a la baja altura del W13, idea que se niegan a modificar parano perder rendimiento aun ganando en comodidad.

De hecho, tal y como confirmó Toto Wolff, jefe del equipo de la estrella, Fernando Alonso, a sus casi 41 años, fue el único piloto de la parrillaque se negó a establecer cambios con la FIA en el rebote.

El asturiano, contento tras puntuar en tres carreras consecutivas y cada vez mejor adaptado al A522, cree que Alpine tiene controlado este aspecto.

"Fue un resultado decente para nosotros terminar séptimos en Bakú. Siento que maximizamos nuestro coche y las oportunidades que nos presentaron los abandonos de otros coches", ha señalado en la previa del Gran Premio de Canadá.

"Todavía necesitamos entender mejor nuestro coche y por qué estamos experimentando diferencias entre el viernes y el domingo. No obstante, nuestro coche gestiona bastante bien el efecto rebote que tienen los coches de este año", ha añadido.

Sofocado el 'porpoising', Alonso cree que el equipo debe centrarse en la degradación de las gomas: "No lo sentí demasiado –el rebote– en Bakú, así que nos centramos más en gestionar la degradación de los neumáticos, especialmente de los traseros".

"Va a ser diferente en cada circuito. Por ejemplo, en Yeda fue muy suave y en Australia también, y nadie dijo nada allí. Va a ser muy difícil para todos los equipos ponerse de acuerdo sobre el cambio", ha zanjado el bicampeón, que donde otros ven un 'hándicap', él ve una oportunidad para igualar fuerzas.