Fernando Alonso sigue demostrando carrera a carrera, fin de semana sí y otro también, que qué equivocados estaban los que en Alpine piensan que el valor de un piloto está en su DNI. En la edad que marca su DNI. En Singapur, con Esteban Ocon, más joven que él, cayendo en Q1 junto con los Williams, el bicampeón del mundo volvió a sacar uno de sus mejores trucos para poner a los franceses donde ni se pensaban que podían estar.
No por el puesto, porque ya logró una segunda plaza en Canadá, pero sí en cuanto a tiempos. Porque mientras su compañero no pudo superar la primera ronda con los intermedios en la noche de Marina Bay, Alonso 'sorteó' las trampas del agua y del seco de Singapur para llegar a la Q3.
Para llegar de manera sobrada a pelear entre los diez primeros con la veteranía y la experiencia que da ser el que más carreras dispute, cuando tome la salida, en la Fórmula 1. Mientras Aston Martin ponía secos a Vettel y a Stroll en Q2, siguió apostando por los intermedios. Adivinen a quién le salió bien y a quién no.
Con Alonso entre los mejores, aprendió la lección de los británicos para poner las blandas en Q3 que era cuando tocaba. Se sintió comodísimo ante la cercanía de los muros de Singapur. Apurando. Rozando. Y siendo, de repente, favorito a estar en la pole o entre las mejores posiciones para la carrera.
Llegó a ponerse primero cuando el crono se aproximaba al cero en la lucha por la pole. Leclerc le superó, al igual que Hamilton y que Carlos Sainz. Habrá que ver qué pasa con Pérez, pero como poco Alonso es quinto y las sensaciones son más que positiva.
Algún morado llegó a pintar incluso en el segundo sector mientras Ocon veía todo desde su garaje. Con el francés noqueado, Alonso puso al Alpine a medio segundo del tiempo que llevó a Charles Leclerc a la pole.
Impresionante actuación que le deja en una situación extraordinaria de cara a la carrera de Singapur. De cara a la carrera que le hará ser el piloto que más ha disputado en la historia de la Fórmula 1. Él, de momento, sigue disfrutando como un niño pequeño al volante. Alpine, la edad es solo un número.