La previsión meteorológica ha jugado con las expectativas del Gran Premio de España, ya que ha estado nublado prácticamente todo el fin de semana y lloviendo en muchas ocasiones. Pese a ello, durante la carrera, el agua no llegó a caer sobre el asfalto.
Durante el transcurso del Gran Premio, George Russell preguntó a su ingeniero si algún piloto había reportado indicios de lluvia, ya que el británico vio algunas gotas en la visera de su casco.
Sin embargo, aquí llega la 'vergonzosa' confusión. Resultó que las gotas de su visera procedían de su propio sudor debido a que Russell no se había recogido bien el pelo antes de colocarse el casco, o al menos así lo ha explicado el piloto del equipo Mercedes tras la carrera.
"Tenía el pelo suelto en el primer tramo de la carrera y era molesto, estaba en mi visión periférica. [...] Luego, al sudar, me goteaba en la cara. Y cuando estaba frenando, las gotas de sudor llegaban a la visera", ha explicado el británico.
"Así que, con las nubes grises y las manchas de agua en la visera, pensé que era lluvia. Fue un poco vergonzoso", añade. No obstante, Russell también ha tenido tiempo para aclarar que lo tenía todo bajo control, pese a que las gotas estaban en el interior de la visera y no podía limpiarlas.
De haber llovido, todo hubiera cambiado
La carrera de Montmeló ha sido prácticamente soñada para el equipo Mercedes, con ambos pilotos en el podio (Hamilton 2 y Russell 3) y colocándose en segunda posición en el Mundial de Constructores por delante de Aston Martin.
Sin embargo, de haber llovido finalmente durante la carrera, el resultado podría haber sido bien distinto. El dominio intratable de Max Verstappen podría haberse reducido, los Mercedes podrían haber peleado la victoria e incluso Fernando Alonso podría haber tenido más oportunidades.