Marc Márquez consiguió ocho campeonatos del mundo con Honda, seis de ellos en la categoría reina, donde juntos dominaban con puño de hierro sobre el resto. Todo comenzó a torcerse en 2020, cuando Marc sufrió la grave lesión en el húmero derecho, y después una serie de operaciones que propiciaronun calvario que parecía terminado esta temporada.

Sin embargo, la cruda realidad de Honda en 2023 no solo la sufre el de Cervera, también se han visto afectadossu compañero Joan Mir, y los pilotos de LCR, con extensión de HRC, Takaaki Nakagami y Alex Rins.

Desde la temporada 2018 se ha notado la 'Márquezdependendia' en Repsol Honda. El equipo conseguía tener buenos registros por las brutales registros de Marc. Esto es lo que ocurrió con sus últimos compañeros en Repsol Honda: Pedrosa, Lorenzo, Álex Márquez y Pol Espargaró.

  • 2018: Dani Pedrosa fue el compañero de Marc. Repsol Honda sumó 375 puntos, y 321 fueron de Marc.
  • 2019: Jorge Lorenzo fue el compañero de Marc. Repsol Honda sumó 458 puntos, y 420 fueron de Marc.
  • 2020: Debido a las operaciones de Marc Márquez, tan solo disputó una carrera de las 14 que hubo por la pandemia. Repsol Honda terminó con 101 puntos en novena posición del campeonato, y los pilotos fueron Álex Márquez y Stefan Bradl.
  • 2021: Marc Márquez sumó 142 puntos de los 214 de Repsol Honda. El compañero de Marc fue Pol Espargaró.
  • 2022: Marc Márquez hizo 113 puntos de los 171 de Repsol Honda. Su compañero fue Pol Espargaró.
  • 2023: El compañero de Marc, Joan Mir, tan solo ha sumado 5 puntos, Marc Márquez ha sumado 15. Además las mejores motos de Honda son las de LCR con Alex Rins (47 puntos) y Nakagami (34 puntos).

Estos datos con campeones del mundo y pilotos de un nivel excepcional que han compartido equipo con Marc Márquez, resumen que en Honda dependen del octocampeón del mundo, y que desde Dani Pedrosa en 2016 ningún piloto se siente cómo en el equipo japonés.

Con las nuevas reglamentaciones se han quedado atrás, y ni siquiera Marc Márquez puede sacar adelante una situación que ya era insostenible, pero se mantenía gracias al espíritu del catalán.