Marc Márquez termina el sábado en Portugal con un gran sabor de boca. El motivo, su gran actuación sobre una Honda que aún tiene mucho, demasiado, recorrido para llegar a un nivel suficiente para pelear contra las mejores motos. El de Cervera, en el primer Gran Premio del curso, ha empezado con una poley un podio para dejar claro que por más cosas que pasen él está ahí.
"Ha sido un sábado soñado. Hacer pole y llegar al podio en la 'sprint race' no entraba en nuestras quinielas. Para nada", afirma.
Y cuenta cómo se encontró en carrera: "Llevaba dos o tres años prácticamente lesionado. Te recuperas en la moto, pero no es lo mismo. Este invierno he podido trabajar bien, y en el sprint lo que perdía en algunos sitios luego podía recuperarlo con físico. Eso no lo podía hacer".
En ese sentido, señala dónde deben y pueden mejorar: "En el último parcial. Perdemos, la moto y yo. No me termina de salir como quiero esa última curva".
"En lo demás, aunque sufriendo, estamos con los rápidos. A ver si podemos dar un saltito en esa última curva", insiste.
Pero se va más que satisfecho: "Me llevo confianza. es moral, de la buena. En la carrera larga va a costar más. Hay que conservar gomas y no se puede tirar siempre del físico".
En palabras a 'DAZN', se muestra agradecido a Honda... y ojo a la frase que deja: "Me exigieron. Y todo eso ayuda a cargar las pilas al cien por cien. Me dijeron, 'mira, esto y esto lo haces mal'. No diré qué, pero esta mañana me ha salido solo".
"Me ha ayudado. Hay que agradecerles esa confianza", sentencia.