Qué disfrutón estuvo el duelo entre Marc Márquez y Pecco Bagnaia. Qué gozada. Qué maravilla. Qué extraordinario espectáculo dieron el de Gresini y el de Ducati. El de la satélite y el de la moto de fábrica. Sí, quizá en el box rojo no lo disfrutaron tanto, pero qué batalla por la victoria dieron ambos en el Gran Premio de España.
En Jerez. En un inmenso enfrentamiento que duró varias vueltas. Que tuvo adelantamientos de ambos. Que dejaba a uno primero y a otro segundo, y al segundo de nuevo primero. Sí, así fue la historia. Así fue una batalla que dejó a ambos más que satisfechos a tenor de la celebración final.
Pero por poco. Porque se tocaron. Se tocaron y a punto estuvieron de irse al suelo. Como en Portugal. Como lo que no querían que se repitiese. Como algo que se quedó en un 'casi'. Y sí, por un 'casi'.
Así estaban en el box de Ducati... con no pocos llevándose las manos a la cabeza y pidiendo por favor que no hubiera caída de dos de sus motos.
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Jorge Martín, mismamente, ya se fue al suelo cuando lideraba la carrera dejando además el Mundial más apretado que en Texas.