El inicio de temporada de Marc Márquez está siendo lo más parecido a una pesadilla para él. El de Honda continúa sin puntuar los domingos y, pese a que él siempre busca dar lo máximo posible, su moto no se lo permite.

No obstante, los objetivos y la mentalidad de Márquez parecen haber cambiado radicalmente en esta temporada, comenzando con un borrón y cuenta nueva. Las cinco caídas del ilerdense en el último GP de Sachsenring le han llevado a recapacitar sobre su propia moto.

La nueva mentalidad de Marc pasa por "dejar atrás el duro fin de semana de Alemania", por lo que las "ganas" con las que llega Márquez a Assen son difícilmente mejorables. Pese a que ya no existen circuitos favorables para los de Honda, el español sabe lo que tiene que hacer.

La idea pasa por "recoger muchos y buenos datos para que los ingenieros puedan trabajar durante estas dos próximas semanas". Porque sí, aquella idea de poder pelear el mundial ha cambiado de rumbo hacia la simple idea de poder terminar las carreras y puntuar.

Está claro que Honda no ha acertado todavía con el desarrollo de su moto, por lo que el desarrollo empieza a vascular ya hacia la moto de 2024. Algo que, pese a ser positivo para la próxima temporada, puede hacer de esta un auténtico infierno.

Sin embargo, Márquez está tranquilo. En unas declaraciones recogidas por 'As', el catalán asegura que prefiere "mantener la calma y afrontar el fin de semana con un plan claro", puesto que es consciente de que sufrir con la moto es algo inevitable.