MotoGP vuelve tras cinco semanas de parón veraniego. Un parón que ha permitido a los pilotos descansar y a los equipos para trabajar en la segunda mitad de temporada. Y los focos vuelve a estar en Honda.

La fábrica japonesa llega a Silverstone con sus dos pilotos, Marc Márquez y Joan Mir, recuperados de sus problemas físicos, pero con las dudas de en qué punto están como equipo tras una primera parte de año muy complicada.

En el caso del piloto catalán, llega tras perderse las carreras de Sachsenring y Assen por las lesiones sufridas de sus constantes caídas con la Honda. Pese a venir de esa situación, el verano le ha servido para recargar pilas.

"Hemos disfrutado de un parón veraniego importante, una oportunidad para reiniciar y recuperarnos después de un comienzo de año exigente. Desde el punto de vista físico y mental, vuelvo a la pista renovado y listo para trabajar", explicó en declaraciones recogidas por el propio equipo.

Más allá de encontrarse mejor físicamente, hay que ver si también es así encima de la moto. Honda ha trabajado duro en verano para traer varias mejoras a Silvestone. De hecho, Bradl no correrá el GP de Gran Bretaña sustituyendo a Álex Rins (lo hará Iker Lecuona) tras tener una enorme carga de trabajo estas semanas.

Y su trabajo está hecho, a falta de ver si funciona. Honda trae nuevas piezas que Márquez quiere probar: "Tengo muchas ganas de volver a ver a todo el equipo y entender el trabajo que se ha hecho durante el parón. Silverstone es un circuito en el que he tenido muchas buenas batallas en el pasado. Lo más importante es volver a subirme a la moto, volver al trabajo e intentar mejorar".