Tras cuatro operaciones en dos años después de que se rompiera el húmero del brazo derecho en Jerez en 2020, Marc Márquez afronta la temporada 2023 con más ilusión que nunca tras tres ediciones en las que no ha tenido opciones de volver a luchar por su séptimo título en la categoría reina.
La actitud y compromiso del de Cervera son máximos, pero las dudas recaen sobre Honda y el potencial de una moto que debe derrocar a las Yamaha y Ducati tras unos años en tierra de nadie.
En los test,Márquez ya le pegó un 'toque' a la marca nipona por las sensaciones que obtuvo en las pruebas, pero la confianza en que su equipo revertirá la situación es plena.
En declaraciones a 'DAZN' en la previa del Atlético de Madrid - FC Barcelona, el ilerdense así lo señaló: "Sigo confiando en Honda al 100%. Es la marca que me ha dado todos los títulos, seis en MotoGP, que no son pocos".
Eso sí, es consciente de que no será fácil: "Es verdad que hemos entrado en una dinámica que yo me lesioné, su piloto número 1 ha estado lesionado, la marca ha perdido un poco el rumbo, pero confío plenamente en ellos. Confío en que van a hacer una moto buena y mi obligación es prepararme al máximo para luchar por un Mundial. Es el objetivo mío, el objetivo de Honda y el objetivo de todo el equipo, que sabe que tenemos que remar todos en la misma dirección si lo queremos conseguir".
En el plano personal, sobre la recuperación de su lesión, Marc reconoce que rendirse nunca fue una opción: "Llevamos dos años con cuatro operaciones en un brazo, pero se tiene que insistir, persistir y conseguir. Así que intentaremos a ver si podemos seguir luchando e intentar salir de este bache que entramos hace dos años. Las cosas fáciles no son buenas. Y lo bueno es que las difíciles cuando se consiguen, se disfrutan más".