Aleix Espargaró cerrará este año su periplo en el equipo Aprilia. El catalán, después de muchos años en la marca de Noale, pondrá rumbo a Honda para ejercer de probador y para tratar de hacer que los japoneses recuperen la senda perdida en el Mundial de MotoGP.
Porque han pasado de ganar a no poder prácticamente competir. A tener problemas, incluso, para acabar carreras y a ver cómo es hasta noticia cuando al menos uno de sus pilotos no termina en el suelo.
Ahora, Espargaró espera poder ver el resurgir de los nipones en el motociclismo: "No están en su mejor momento, pero será fantástico si puedo ayudarles a volver a la cima".
"Hablé con la dirección de Honda. Realmente creen en esto. Y confían en mí. Todo eso es lo que me decidió", cuenta Espargaró.
Y es que sabe lo que hay: "Voy a tratar de elevar el nivel de la moto y ser un jugador de equipo. Les falta de todo".
"Debe ser complicado para ellos. Honda ganaba cada fin de semana y ahora acaba casi siempre fuera de los puntos. Y Joan Mir, campeón, ahora no es capaz de acabar carreras", insiste.