Pedro Acosta acaba de llegar a MotoGP y ya es uno de los líderes de KTM. Por eso el equipo ha decidido que deje el equipo satélite para saltar directamente al oficial la temporada que viene. Y se ha puesto el mono de trabajo para enterarse qué ocurre en la fábrica.

Después del Gran Premio de Alemania, el murciano ha viajado a la fábrica de Austria para conocer cómo están trabajando en la nueva moto. El objetivo es conseguir acercarse a las Ducati. Algo que hasta la fecha es una utopía para ellos.

"Tengo billete de ida pero no de vuelta. Ya veremos cuántos días o semanas me quedo allí... Roma no se construyó en un día", ha dicho Pedro.

Quiere hablar "cara a cara" con los grandes jefes: "Siempre es mejor transmitir las cosas cara a cara, aunque tenga que quedarme allí una semana o dos. Todos los días salen preguntas nuevas, formas de ver las cosas diferentes y siempre hay algo que hacer en una fábrica. También conocer a la gente, aunque lleve mucho tiempo con ellos, el equipo de Moto3 es muy diferente, son solo tres personas, en Moto2 íbamos con una Kalex, así que no conozco a toda la gente que trabaja en el proyecto".

Charlar con Fabiano Sterlacchini, el gran ingeniero, es su principal intención: "Que me explicara muchas cosas que, quizá para otro piloto pueden ser muy naturales o normales porque ya lleva aquí mucho tiempo y ha visto muchas cosas, pero yo no las entiendo ni encuentro a nadie que me sepa dar una explicación. Una de las principales motivaciones de ir a Austria era para sentarme con él y hablar de estas cosas".

"Insisto: Roma no se construyó en un día, no sé si nos saldrá una torre como la de Pisa pero vamos a intentarla hacer bien recta", sentencia Acosta.