No fue la carrera que esperaba. No fue lo que pensaba que iba a tener por delante. Fue lo que fue, y fue lo que fue por lo mismo que le sucedió a Jorge Martín en 2023 en esta misma pista. En Qatar. En Losail. En un circuito que se le atragantó a Aleix Espargaró. Sí, sabiendo como es él bien pudo haberla liado, pero optó por lo que optó.

Optó por la serenidad. Por el silencio. Por la prudencia: "No podemos usar la palabra que me gustaría usar para describir el neumático... pero no ha trabajado en ningún momento".

"Cuando rodaba con el neumático usado en el final del sprint iba como un misil. Muy confiado... pero en carrera no era capaz de rodar en 53 medios. Eran hielo. Toda una pesadilla", cuenta.

Eso fue lo que fue para él: "Me fui a dormir con esperanzas de que sería un gran día, de esos que no hay muchos al año... pero la goma trasera era hielo".

"Ha sido una pesadilla en toda la carrera. No pude hacer nada. A ver si Michelin y el equipo pueden entender algo", insiste Espargaró.

Porque Espargaró compara todo con el sprint: "Es lo bueno que hay ahora, o no... porque te frustra aún más. Antes salías el domingo y si no funcionaba te culpaban a ti, que no tenías ritmo. Pero ahora no, porque está el sábado".

"La moto parecía otra, y no es normal que Bagnaia me saque 11 segundos cuando le pasé el sábado y le saqué un segundo en dos vueltas", sentencia el de Aprilia.