Las motos toman la ciudad de Jerez una vez al año. Y con ellas, maniobras temerarias que se repiten una vez al año. En ocasiones, acaban provocando accidentes brutales.
Durante la semana del Gran Premio, los vecinos de Jerez viven un infierno por el ruido e incluso tienen miedo. Denuncian que la Policía no hace nada ante las carreras ilegales.
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