Carlos Alcaraz ya es campeón de Roland Garros. Ya tiene el título que tantas alegrías ha dado al tenis español. Al deporte español. Porque Rafa Nadal ya tiene heredero. Uno que, con 21 años, suma su tercer Grand Slam. Uno que, con 21 años, ha conquistado la Copa de los Mosqueteros.
Su primera Copa de los Mosqueteros, con una final excelsa en la que ha demostrado que tiene carácter de campeón. Que tiene ADN ganador. Porque Carlos, que comenzó ganando el primer set, vio cómo Alexander Zverev, su rival, le daba la vuelta a todo y le ponía en una más que complicada situación.
Y es que el germano parecía estar mejor. Parecía tener más confianza. Parecía que le estaba ganando esa batalla moral al de Murcia en la tierra de París. Pero Alcaraz es Alcaraz. Alcaraz es el que ganó el US Open hace un par de años. El que derrotó a Djokovic en Wimbledom. El que no se rinde. El que no se vino abajo en la Philippe Chatrier.
No le quedaba otra que dar un puñetazo sobre la mesa en el cuarto set. Era un todo o nada. Y la apuesta le salió perfecta. Porque vaya meneo le dio a Zverev. Porque vaya dos sets finales que se marcó. No dio opción alguna al germano... y todo parecía ya cuestión de tiempo.
Le rompía el saque cuando tocaba. Le movía como quería por la arena de París. Del posible desastre al 6-1 en el cuarto set. En el quinto Zverev ya sabía que no iba a haber forma de ganar a Carlos.
Alcaraz puso el 'modo bestia' en la tierra de París y se hizo con el partido. En la primera opción que tuvo, campeón. Campeón de Roland Garros. Campeón de su tercer Grand Slam. Así vivimos la final entre Zverev y Alcaraz en la Philippe Chatrier.