Inmediatamente después de caer ante Alexander Zverev en primer ronda de Roland Garros, se vio a la directora del Gran Slam francés, Amelie Mauresmo, preguntándole algo a Rafa Nadal.

El manacorí asintió y se dio paso a un pequeño homenaje al 14 veces ganador de la Copa de los Mosqueteros.

Sin embargo, esa especie de ceremonia de despedida ya estaba prevista desde antes que Rafa aterrizara en París... pero los planes del torneo cambiaron.

Tal y como explicó Mauresmo en 'Amazon Prime Video', Nadal había dado el visto bueno para recibir dicho homenaje, pero tras entrenar por primera vez en la arcilla parisina su idea cambió.

El balear sintió mejores sensaciones que en Barcelona, Madrid y Roma y, de hecho, pospuso su rueda de prensa del viernes al sábado, donde anunció que no podía confirmar al 100% que esta era su última participación en la Philippe Chatrier.

Rafa Nadal sintió buenas sensaciones, se vio competitivo y su mente le empujó a creer que en 2025 puede volver a su jardín. Y por eso quiso echar marcha atrás a una ceremonia de despedida que terminó dándose en un formato mucho más 'light' que el previsto.