Novak Djokovic no tiene un carácter fácil. El serbio vive con mucha intensidad los partidos y ha protagonizado muchos enfados consigo mismo, con el rival con aficionados o incluso con su propio equipo durante su longeva carrera.
Y el próximo número uno del mundo justificó esa actitud por la importancia que les da a los partidos: "Me importa esta profesión y me la tomo muy en serio. Sé que muchos de los otros jugadores también lo hacen. Esperamos el más alto tipo de dedicación y supongo que la participación de los miembros de nuestro equipo, como ellos esperan de nosotros. La intensidad está ahí".
"En el fragor de la batalla, obviamente se pueden hacer muchas cosas diferentes en la pista. Pero, en general, somos un equipo, nos mantenemos unidos en los buenos momentos y en los malos y estoy agradecido de tener el equipo que tengo. Hemos tenido un tremendo éxito en los últimos años. Estoy satisfecho con mi posición", añadió durante la rueda de prensa tras vencer a Tommy Paul.
Djokovic reconoció que no es una persona sencilla, pero aseguró que es como todo el mundo: "Sí, puedo ser difícil, pero ¿quién no lo es? No conozco a un jugador que compita al más alto nivel que sea tranquilo, por así decirlo, que en su día a día todo sean flores y música".
"Tiene que ser un reto para todos, para el jugador y para el cuerpo técnico, de lo contrario no hay crecimiento. Creo que esa es la forma de empujarnos unos a otros al límite y realmente entender cómo puedes desarrollar el juego, cómo puedes ser mejor dentro y fuera de la cancha", concluyó.