Rafa Nadal se va con una sensación agridulce tras el ATP 250 Bastad. Sí, el balear volvió a una final dos años después de Roland Garros y tras ganar a rivales de cierta entidad como Navone o Norrie, pero perdió... y cómo perdió.
Dobles faltas, constantes pérdidas de servicio, derechas fáciles que quedaban en la red o se iban al pasillo de dobles... el ganador de 22 Grand Slams sucumbió en la final ante Nuno Borges.
Tras el partido, analizando lo ocurrido, Nadal se mostró muy autocrítico: "Tengo mucha experiencia y sabía que las cosas no iban a ser fáciles. Solo me queda aceptar todo lo que venga y seguir trabajando para mejorar".
A pesar de encontrarse en un punto óptimo físicamente, su nivel está muy lejos de ser el idóneo para competir en la élite.
"He jugado muy mal y estoy triste por ello, veo difícil jugar peor de lo que lo hice hoy. Me he sentido vacío de energía, algo que puede ser normal porque llevaba mucho tiempo sin competir durante varios días consecutivos, y además tuve partidos largos e intensos", explicó Nadal.
"Es importante para mí que mi cuerpo haya aguantado la exigencia de la semana, pero física y mentalmente me he quedado sin energía para hoy", añadió.
"No puedo decir que estoy satisfecho con mi tenis porque el nivel de juego ha sido muy lejano al que venía haciendo en los entrenamientos anteriores", zanjó.