Garbiñe Muguruza se encuentra atravesando el peor momento de su carrera. Tras ser número uno del mundo en 2017 después de ganar Roland Garros (2016) y Wimbledon (2017) y finalista del Open de Australia en 2020, la hispano-venezolana, ahora 73ª del ranking, descenderá por debajo del 81 tras el Abierto.

En primera ronda, Muguruza ha caído ante Elise Mertens por 3-6 y 7-6(3) y 6-1, en 2 horas y 31 minutos, después de tener saque para ganar en el segundo set con 6-5 y sumar hasta 48 errores no forzados.

La tenista suma cinco derrotas consecutivas, ocho en partidos a tres sets, y lleva más de cuatro meses sin conseguir una victoria desde que el pasado 20 de septiembre pasara a los octavos del WTA 500 de Tokio.

Además, la campeona de las WTA Finals de 2021 ha caído en seis ocasiones a la primera de cambio en los últimos 14 Grand Slams, desde Wimbledon 2019, sumando un balance negativo de 12-20 desde noviembre de hace dos años.

"Llevo bastantes partidos en los que empiezo jugando bien y luego en los momentos clave... Quizá no ofrezco el nivel más alto, tampoco uno malo, aunque en esos instantes hay que cerrar el partido con decisión y claramente no estoy haciéndolo", ha señalado Muguruza después de su derrota este martes.

De hecho, dada su situación asume que tendrá que volver a jugar los torneos de 250 o 500: "Tendré que hacer un calendario adecuado con mi ranking. Intentaré jugar los mejores torneos también, pero cuando no pueda miraré otros de menor categoría. Valoraré este tipo de torneos".

"He jugado muchas veces torneos de 250 o 500, y siempre viene bien. Incluso cuando mejor estaba, también he jugado este tipo de torneos para coger confianza; está claro que a todo el mundo le gusta jugar los Grand Slams y las finales, pero ahora me toca trabajar humildemente y pasar un poco desapercibida para tratar de escalar otra vez", ha añadido la tenista nacida en Caracas.