Carlos Alcaraz ya sabe lo que es sufrir en hierba. Tras vencer con solvencia en las dos primeras rondas de Wimbledon, el tenista de El Palmar tuvo que sudar algo más para batir al correoso Nicolás Jarry.
El tenista chileno, muy combativo, dio bastante guerra, pero Alcaraz se acabó imponiendo por 6-3, 6-7, 6-3 y 7-5 en un encuentro que se quedó a cinco minutos de llegar a las cuatro horas de duración.
Y, en contraste al sufrimiento del partido, el murciano entró a la pista a carcajadas. En el momento de presentación y entrada de ambos tenistas a la pista central del All England Club, Jarry se equivocó de sitio e iba en dirección contraria a la zona de los banquillos, lo que provocó la risa de Alcaraz.
Quedó en una graciosa anécdota y Alcaraz ya espera rival para octavos de final, un rival que saldrá del partido que enfrenta a Alexander Zverev y a Matteo Berrettini.