Llegó el momento de Rafa Nadal. Tras dos años aciagos por las lesiones y un arranque de temporada 2024 en el que ha tenido el freno de mano echado, el manacorí llega a su gran objetivo: Roland Garros.

En la arcilla parisina el ganador de 22 Grand Slams tan solo ha perdido tres de los 115 encuentros que ha disputado, logrando 14 Copas de los Mosqueteros.

En primera ronda se enfrentará a Alexander Zverev, reciente ganador del Masters 1.000 de Roma y número 4 del mundo. Un hueso muy duro de roer que se crece en la Philippe Chatrier.

En la rueda de prensa previa al encuentro Nadal quiso dejar claro que este partido, si lo pierde, no será una despedida ya que baraja volver a jugar en 2025.

Es por ello que ha pedido a la organización del torneo que no le realice ningún homenaje a modo de despedida, tal y como ha confirmado la directora, Amélie Mauresmo.

"Como podéis imaginar, teníamos algo planeado para él. Pero quiere dejar la puerta abierta, así que no le presionaremos para que haga nada. Es su decisión si quiere tener una ceremonia adecuada o un adiós y una despedida adecuada. Así que no lo haremos este año", señaló la francesa.

Nadal ya lleva una semana entrenando en París y ha vencido en todos los sets que ha disputado ante rivales de entidad como Korda, Wawrinka, Medvedev, Navone y Rune.

Rafa está preparado para jugar contra Zverev, pero la duda es si su cuerpo aguantará cinco sets. Si vence a Sascha, se puede soñar con todo en París. Porque a Rafa Nadal siempre le quedará París.