Muchos seguro que todavía recuerdan la final del US Open de 2018. En ella, Serena Williams perdió ante una jovencísima Naomi Osaka en dos sets (6-2 y 6-4), un partido que estuvo cargado de polémica.
El juez de silla, Carlos Ramos, sancionó a Williams por haber recibido instrucciones de su entrenador desde el box, algo que desató la ira de la estadounidense, que le llamó "ladrón" y "mentiroso".
"Me lo haces por ser mujer", le dijo Serena a Ramos, un ataque que le costó 17.000 dólares de sanción. En ese partido, hubo otro momento especialmente tenso, que fue cuando Williams rompió su raqueta estrellándola contra el suelo.
Un año después, esa raqueta ha salido a subasta. Goldin Auctions ha abierto la puja en 2.000 dólares, pero se espera que el precio vaya en aumento hasta el cierre de la subasta, fechado el 7 de diciembre.
"No me extrañaría que subiese hasta 25.000 o 50.000 dólares", comenta Ken Goldin, fundador de Goldon Auctions. La raqueta acabó en manos de Justin Arrington-Holmes, recogepelotas de 22 años del US Open desde 2013.
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"Muchos jugadores son majos, pero algunos, como Serena y Venus -Williams-, se preocupan un poco más y hacen un esfuerzo para aprenderse tu nombre y crear una relación", cuenta Holmes al 'New York Times'.