Las consecuencias de la huelga empiezan a pasar factura entre los taxistas. Un conductor afirma que "aproximadamente, por vehículo, hay unas pérdidas de entre 150 y 200 euros". "A mi me está ayudando la familia. Trabajo solamente yo, mi mujer está en paro y tenemos dos hijos. Lo estamos pasando muy mal", manifiesta otro.
Unas pérdidas que se notan en el bolsillo de más de 20.000 trabajadores, un 27% de ellos asalariados. Algunos se han visto obligados a no trabajar porque su jefe secunda el paro.
"Yo llevo diez días sin ingresar un duro. Esto es indecente. Lo que tenemos es derecho a trabajar y si esto es una huelga de la patronal, que asuman las consecuencias y paguen a sus empleados", denuncia Ramiro, taxista asalariado.
Los 13 días de huelga han supuesto una victoria para el sector en Barcelona. Desde este viernes, Uber y Cabify ya no operan en la capital catalana.
A la espera de que llegue una solución en Madrid, la crisis del taxi deja a miles de ciudadanos que se quejan por las complicaciones en la movilidad, un descontento que ha provocado que se multipliquen por cuatro las descargas de las principales aplicaciones VTC.
"Si aquí hubiese taxis me hubiera cogido un taxi para no tener que estar aquí esperando, pero como no hay taxis, me cojo la alternativa", cuenta un ciudadano.
La falta de taxis también ha provocado el aumento de usuarios de transporte público. Un 3% más han elegido el autobús y un 2% más han utilizado las bicicletas de alquiler en la capital.
Según los datos del Ayuntamiento, el tráfico rodado ha descendido. Solo en la Gran Vía Gran Vía, ha caído un 19%.