Cubículo, colmena, nicho, zulo... Son algunos de los nombres que reciben las cápsulas habitables que se proyectan en Barcelona como alternativa de vivienda. Cuentan con 1,20 metros de ancho, 1,20 metros de alto y 2,20 metros de fondo y no son aptos para personas claustrofóbicas.
De momento, la empresa que planea su implantación en Barcelona asegura haber recibido más de 500 solicitudes de ocupación de estos 'pisos colmena' inspirados en los hoteles cápsula de Japón. Los atractivos de tan reducida vivienda se limitan a una cama de 80 centímetros de ancho, una mesa plegable, un mínimo espacio de almacenamiento bajo el colchón y muy poquito más.
Todas las comodidades al precio de 200 euros al mes con suministros de agua, luz e Internet incluidos. La cocina y el baño son de uso comunitario entre todos los vecinos de la colmena.
Las condiciones para acceder a habitar en uno de estos habitáculos también quedan muy claras: una edad entre 25 y 45 años, una nómina superior a los 450 euros y no contar con antecedentes ni mascota.
Una misión casi imposible
Alquilar un piso, una misión casi imposible: "Dijimos que éramos pareja y ni aún así nos llamaron"
Encontrar piso de alquiler es ahora mismo una auténtica aventura, desde conseguir una cita, hasta las decenas de pruebas y papeleos que te exigen para quedarte con la casa. Tener dinero no es el único requisito; los que tienen niños o perros, por ejemplo, lo tienen casi imposible.