En Ucrania los ataques rusos han alcanzado una clínica médica en la ciudad portuaria de Mykolaiv, a orillas del Mar Negro, después de que Rusia intensificase sus ataques en el sur para evitar que el régimen de Kiev "se afiance en ciertas áreas en la dirección Mykolaiv-Krivói Rog".
Según el Mando Sur de Ucrania, esta zona ha sido "objeto de un ataque masivo con misiles". Un hecho que ha terminado alcanzando a una clínica médica, provocando que la zona de pediatría quede completamente destruida.
Mientras Rusia aumenta los bombardeos en esta zona, Ucrania ha apostado por intensificar su estrategia contra la línea de suministros del invasor, utilizando para ello los misiles de largo alcance recibidos por Occidente.
Una contraofensiva que Kiev asegura ya muestra sus primeros resultados y que Rusia intenta minimizar y desacreditar. La operación está rodeada del silencio oficial pero sobre esa estrategia políticos y militares ucranianos dan algunas pistas.
De acuerdo con la inteligencia británica, el Ejército ucraniano ha hecho "retroceder cierta distancia la línea del frente en algunos lugares, explotando las defensas rusas relativamente débiles". En esta operación Ucrania se apoya "intensamente", según Londres, en los misiles de mayor alcance que ha recibido de Occidente.
Según la portavoz del Mando Sur del Ejército ucraniano, Nataliya Gumenyuk, las tropas rusas ya no pueden traer reservas a los territorios ocupados de la región de Jersón, ya que los constantes ataques de las fuerzas de Kiev contra puentes, almacenes, puestos de mando y control, y la logística de Rusia está mermada.
Además, indicó que aún existen "algunas rutas de transporte" en la región que los rusos teóricamente podrían utilizar, pero éstas, aseguró, están bajo control de fuego de las tropas ucranianas. Los ataques contra puentes como el de Antonivka o de Nueva Jakovka, en la provincia de Jersón, tienen el objetivo de impedir que las fuerzas rusas puedan retirarse o recibir refuerzos.
Intentar recuperar territorio
Por ahora, la contraofensiva en el sur es una operación metódica con golpes precisos dirigidos más a degradar las fuerzas rusas y su logística que recuperar inmediatamente los territorios ocupados.
Oleksiy Arestóvich, también asesor de la presidencia ucraniana, afirmó hoy que es demasiado pronto para hablar de éxitos en la contraofensiva, pero a medida que avanzan los combates, para él ya está claro que los planes del presidente ruso, Vladímir Putin, de mantener el control de Jersón y celebrar un referéndum sobre su pertenencia a Rusia, "no se han cumplido".
De esta forma, indicó que no hay "ningún descanso" en este frente, pero advirtió también a los ucranianos del "difícil" precio que tendrán que pagar por una victoria porque el camino para recuperar los territorios que controla Rusia "será largo, muy difícil y sangriento".