Arranca, nada menos que dos semanas después de su última imagen, el registro del lugar donde se perdió la pista al periodista Jamal Khashoggi. Un equipo de investigadores entró al consulado saudí y se presume que expertos turcos y saudíes están colaborando en busca de pistas que pongan algo de luz al caso.
Según la prensa turca, la tardanza se debe a que Riad solo quería una inspección visual, mientras que el equipo turco insistía en utilizar químicos que puedan revelar posibles rastros de sangre.
La desaparición va cogiendo más envergadura y Trump ha hablado con el rey de Arabia Saudí, que niega conocer qué ha ocurrido. El presidende de Estados Unidos ha mandado de inmediato a su secretario de Estado, Pompeo, a verse con él mientras especula con la trama: "A mí me suena como si estos hubieran sido asesinos que actuaron por su cuenta. ¿Quién sabe?".
Sin conclusiones firmes, la prensa turca construye con sus fuentes sus teorías sobre el posible asesinato. Y en la últimas horas se ha esbozado la idea de que el cuerpo sin vida del periodista haya sido disuelto en ácido.