Andrew Tekle, de 20 años, falleció tras seis horas de dispositivo. La policía acudió a la llamada de una vecina en Minneapolis. La mujer aseguraba que alguien estaba disparando a su casa. Nada más llegar los agentes, la denunciante salió de su vivienda con sus hijos. "Levanta las manos, estás arrestado", le ordenaban al joven. Sin embargo, él no obedecía. Finalmente, Andrew Tekle acabó recibiendo varios disparos de tiradores de la policía desde una azotea.
Su familia ha denunciado la intervención como un crimen machista. Dicen que iba desarmado y que sufría de problemas mentales. "Tekle era un humano imperfecto. Todos los somos, pero no merecía ser abatido como un animal desde la azotea", asegura su madre. La vecina que avisó a la policía dice que el joven había disparado contra su casa y defiende la actuación de los agentes: "Siento que haya perdido su vida pero tuvo seis horas para elegir allí. Yo tuve de dos a cinco minutos para elegir vivir o morir".
Aún así, los padres del fallecido insisten en la desproporción policial. "Por lo que estamos aquí es porque Tekle fue disparado por la policía de Minneapolis y murió", expresa el padre. Se trata de una nueva violenta actuación policial que ha provocado protestas y sobre todo ha acabado con la vida de un joven de solo 20 años.