La última vez que vimos a Yoshua fue en el vídeo que los talibanes enviaron como prueba de vida en 2016. Hoy se le ha visto por primera vez ya en libertad.
Solo, sin su mujer, y con la mirada aún perdida, Joshua Boyle ha contado al fin el infierno vivido durante cinco años de secuestro por la milicia talibán Haqqani.
La pareja, él canadiense y ella norteamericana, fue capturada en 2012 durante un viaje a Afganistán. "Yo estaba en Afganistán ayudando a la minoría más olvidada del mundo", ha explicado.
Después pasaron cinco años de encierro y atrocidades. Tuvieron cuatro hijos en cautividad. Joshua ha confesado que los talibanes mataron a uno de sus hijos. "Por estupidez y maldad autorizaron el asesinato de mi hija pequeña".
Joshua explica que también violaron a su mujer. "No fue la acción solitaria de un guardia, fue supervisada por el comandante", detalla ante los medios.
Un calvario que acabó este miércoles cuando las tropas pakistaníes rescataron a la familia en el noroeste del país. Ahora sólo quieren recuperar su vida. "Lo más importante es construir ahora un lugar seguro al que mis hijos puedan llamar hogar".
Pide además que se haga justicia y que el Gobierno de Afganistán investigue los crímenes cometidos contra su familia.