Según explicó una portavoz policial, las tres mujeres fueron halladas este miércoles degolladas y con las manos atadas a solo 50 metros de la frontera con Turquía, en el extremo nororiental de Grecia. Por el momento se desconoce la identidad y los lugares de procedencia de las víctimas, pero se cree que podrían provenir del Magreb o de algún país árabe.
Las dos primeras mujeres, de edades comprendidas entre los 15 y 21 años según los primeros análisis forenses, fueron halladas juntas, mientras que el cuerpo de la tercera, de unos 35 años, estaba a unos metros de distancia de ellas. Los asesinos habían obligado a las tres mujeres a ponerse de rodillas y mirar en la misma dirección, lo que, según los medios locales, hace pensar a los investigadores que podría tratarse de crimen en el que se ha seguido un ritual musulmán.
Las tres fueron acuchilladas y presentaban múltiples heridas en el cuello. Aunque la autopsia no ha concluido -sus resultados se esperan para hoy- los cuerpos no presentaban signos de violencia sexual. La portavoz de la Policía añadió que el hecho de que el cadáver de la mayor de las tres mujeres portara joyas reduce la posibilidad de que el motivo del crimen fuera el robo.
Mientras tanto, la Policía examina un teléfono móvil hallado junto a esta mujer del que espera obtener información sobre el origen, identidad, trayecto y contactos que tuvieron las tres víctimas. Según explicó a Efe una portavoz, el móvil fue hallado encendido junto a la citada mujer junto con un cuchillo de tipo militar que se sospecha fue utilizado para el asesinato y que está siendo examinado en el laboratorio forense.
El hallazgo se produjo junto al río Evros, paso habitual de migrantes en búsqueda de mejores condiciones de vida en Europa desde los años 90, mucho antes del estallido de la crisis de refugiados, en 2015.
Según datos del Ministerio de Migración, han llegado a Grecia a través de la frontera terrestre con Turquía 3.300 personas en 2016, 5.500 en 2017 y 12.000 solo en los primeros nueve meses de 2018. Desde enero hasta septiembre de este año, la Policía detuvo además en el norte de Grecia a 1.190 traficantes, a los que se sumaron otros 30 durante la primera semana de octubre.