A las nueve de la mañana, el convoy de Roberto Fraile y David Beriain salió de la región de Natiaboani, en la provincia de Gourma (Burkina Faso) para rodar un documental sobre la protección de los elefantes y la caza furtiva. Junto a ellos partieron otras 38 personas, entre agentes medioambientales y una escolta militar de seguridad. Se repartieron en dos camionetas y 20 motocicletas.
A sesenta kilómetros, en Pama, se pararon para grabar y hacer fotografías con un dron. Fue en este punto, en una carretera de tierra, con baches, rodeada de selva y a la altura de la reserva natural, donde el convoy sufrió la emboscada. Varios hombres armados aparecieron en dos camionetas y en diez motos, y los atacaron. Algunos miembros del convoy lograron escapar, pero Roberto y David desaparecieron.
Los atacantes robaron 12 motocicletas, un dron y transmisores y receptores de frecuencia, y a las tres y media de la tarde se perdió todo contacto con los dos periodistas y el cooperante irlandés, el tercer europeo asesinado en el ataque. Tanto la Unión Europea como asociaciones internacionales han pedido una investigación y que su asesinato no quede impune. "Nos gustaría que se creara una investigación en toda regla para que los culpables sean sometidos a un juicio justo, pero mucho tememos que al final sea muy difícil", ha señalado Alfonso Armada, presidente de Reporteros Sin Fronteras.
En Burkina Faso, un país perteneciente al cinturón del Sahel, ha habido más de 1.200 muertos y más de un millón de desplazados internos en los últimos cinco años. Es uno de los mayores productores de oro de África, pero también uno de los más pobres. "Es un país absolutamente azotado por el terrorismo desde hace cinco o seis años, desde que cayó el anterior presidente", ha explicado Ignacio Cembrero, periodista experto en el Magreb.
Para los expertos, este ha sido un ataque diferente a otros vistos en el país. "Aquellos que han atacado a la patrulla se pensaban que no iban a encontrarse a extranjeros, no estaban preparados para operar un secuestro", ha añadido Cembrero en declaraciones a alaSexta. Las autoridades locales han responsabilizado a terroristas que se ocultan en los bosques cercanos sin precisar si se trata de cazadores furtivos o de grupos yihadistas.