Doce minutos antes de que Jamal Khashoggi pusiera incluso un pie en el consulado de Arabia Saudí en Estambul, su suerte estaba echada a manos de un auténtico 'escuadrón de la muerte' liderado por uno de los guardaespaldas del príncipe Bin Salman.
En la conversación se puede oír a Mutreb preguntarse: "¿Se podrá meter el cuerpo en una bolsa?"; entonces Tubaigy responde que "no", porque "es demasiado alto y pesado".
El forense propone entonces desmembrarlo y sacarlo en maletas, y alardea de sus habilidades: suele hacerlo, dice, escuchando música, fumando y bebiendo.
Poco después Mutreb se pregunta si "ha llegado ya el animal a sacrificar", algo que Tubaigy responde afirmativamente: "Sí, ya está aquí".
El 'escuadrón' interroga y amenaza al activista exigiendo que les permita llevárselo a territorio saudí. Mutreb le exige que deje un mensaje "para su hijo": "Dí algo como 'estoy en Estambul, no te preocupes si no das conmigo'"; pero el periodista se niega: "No voy a escribir nada".
Khashoggi ve entonces una toalla y empieza pronto a intuir que su fin puede estar cerca: "¿Me vais a drogar?", se pregunta. "Sí, te dormiremos", le responde Tubaigy, al que alerta el periodista: "No me tapéis la boca. Tengo asma. No lo hagáis, me ahogaréis".
Esas fueron las últimas palabras de Khashoggi. Aún se retorció e intentó forcejear, hasta que se aseguraron de que estaba muerto: "¿Está dormido? Está levantando la cabeza".
Después llegó el turno del forense. Las grabaciones terminan con el sonido de su sierra durante media hora.