La dirigente de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto, ha sido condenada en su primer juicio en España a 122 años de prisión por ordenar el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo, en 1995 en León. Según la sentencia de la Audiencia Nacional, Anboto "fijó el objetivo, facilitó los explosivos y dio instrucciones para la fabricación y transporte de la bomba lapa y para su colocación en el interior del coche, bajo el asiento, para asegurar la muerte del objetivo sin riesgo para el autor", sostiene la sentencia de la Audiencia Nacional.
Cortizo falleció a los 44 años al explotar una bomba lapa bajo el asiento de su coche cuando conducía junto a su hija de 18 años, que resultó herida grave. La Sala considera probado que Iparraguirre, al frente de los comandos desde julio de 1994 y hasta 1998, ordenó el atentado a Sergio Polo, Lur, condenado por esta acción a 110 años de prisión.
Este es el primer juicio al que Anboto se enfrenta en España tras ser entregada por Francia, donde ha cumplido varias condenas, y al que asistió entre el público uno de los últimos jefes de la banda terrorista, Mikel Antza, considerado su pareja sentimental.
Los jueces, que la condenan a la misma pena que pedía la Fiscalía, indican la "especial perversidad y falta absoluta de respeto por la vida e integridad de las personas de la acción y de la afectación psíquica e intenso sufrimiento causado a las víctimas".
Además, la sentencia fija una indemnización para la viuda de 3000.00 y de 160.000 para cada uno de los hijos. Para la hija que viajaba con Cortizo el día del asesinato, tendrá una indemnización extra de 342.1000 por las lesiones y secuelas sufridas en el atentado.