Tan solo ha tardado unos segundos en derrumbarse: la madre de Julen ha roto a llorar antes de entrar a los juzgados, tapándose la cara con un pañuelo. A su lado ha estado en todo momento José, su marido, que también ha evitado que las cámaras captasen el momento.
Ambos han llegado junto a su prima, y custodiados por el dueño de la finca. Han apartado a los periodistas y han pedido respeto en varias ocasiones. Todos han mostrado una imagen de unidad familiar junto al único imputado por la muerte de su hijo.
Si bien ninguno ha hablado con los medios de comunicación, sí lo ha hecho Antonia Barba, abogada de la familia, quien ha asegurado que están "muy afectados por todos los comentarios que se están publicando en redes sociales".
Barba ha señalado además que han ido al juzgado "todos juntos porque son una familia. Estaban celebrando una paella ese día". Sobre la declaración judicial, la letrada ha afirmado que no han modificado nada la versión dada ante la Guardia Civil: "Por qué lo iban a hacer. Ellos no mienten".
El interrogatorio de la jueza ha girado esta vez en torno a los momentos previos a los que se produjo el fatal accidente del pequeño, con intención de conocer qué vio exactamente cada uno y en qué lugar se encontraban cuando Julen cayó por el agujero.