La periodista Cristina Fallarás publica nuevos testimonios que acusan a Íñigo Errejón de ejercer violencia machista contra sus víctimas. Como ya avanzó este viernes en 'Y Ahora Sonsoles', tiene más testimonios de mujeres que han vivido episodios similares con el exportavoz de Sumar: "Puedo deciros que manejo una veintena de testimonios", destacaba.
En la mañana de este sábado, la periodista ha publicado el mensaje de una mujer que asegura que tuvo un encuentro con él hace "10 años", en torno "al boom de Podemos", ubica. "Me atrajo su discurso de transformación, pero lo que pensé que iba a ser una noche de conversación (...) larga y reflexiva, compartiendo puntos de interés, se convirtió en una charla escueta y directa al acto", recuerda.
"Fue un sexo duro donde yo no disfruté, me puso contra la pared y de espaldas", relata, también le "agarró del pelo" y le soltó muchas frases lascivas, como recuerdan otras víctimas. Tras esto, buscó una "excusa" para que abandonara la habitación de hotel en la que estaban y le pidió que se descargara Telegram porque "tenía un sistema de privacidad que borraba los mensajes automáticamente a los pocos segundos".
Después de esto no volvió a tener ningún encuentro más con él porque no le gustó "ni el sexo", que era "duro y sin pensar en el disfrute de la mujer"; ni lo que conoció de él.
Entre estos testimonios también recoge el de una "compañera de militancia" de Íñigo Errejón, quien estuvo un año viéndose "de forma intermitente" con él, pero durante este tiempo "no mostró ni un ápice de empatía ni de humanidad". "Me exigía enviarle fotos sexuales cuando él quería y me escribía insistentemente, si no le respondía", indica.
Asimismo, esta mujer afirma que, cuando tenían los encuentros en casa de él, "tenía que seguir un protocolo muy estricto para que nadie se enterase y me echaba justo después de tener relaciones sexuales". "Era muy insistente en tener sexo sin condón y en realizar prácticas sexuales humillantes", relata.
Una tercera mujer asegura que tuvo encuentros con él y que se mostró muy insistente en la penetración "por la puerta de atrás". Después de negarse ella, él "volvió a intentarlo" y tuvo que darle "dos coces al grito de 'NO'. Tras esto, asegura esta publicación, ella le preguntó que por qué lo hacía y le instó a que le pidiera perdón. "Lo hizo, pero después vino el castigo de su desaparición", indica.