Las mentiras de la exconsellera
Los culpables para Salomé Pradas: la exconsellera enciende el ventilador ante la jueza y esparce la culpa por su gestión de la DANA
El contexto La exconsellera de Interior de la Generalitat Valenciana ha repartido las culpas por la nefasta gestión en la tarde de la tragedia y ha consumado la estrategia de acusar a todos con tal de salvar al president, Carlos Mazón.

Salomé Pradas, la que fuera consellera de Interior y Justicia de la Generalitat Valenciana durante la DANA, se olvida de entonar el 'mea culpa' y prefiere repartir las culpas limpiándose las manos ante la jueza. Pese a que dijo que hablaría con los medios a la salida, no ha sido así, de hecho ha salido por la puerta de atrás, evitando a las decenas de periodistas que cubrían esta información. Y no solo a ellos, también a las víctimas. Sabía que estarían en la puerta porque al llegar ya se había encontrado de frente con ellas, llenas de dolor y de rabia, gritándole y pidiendo justicia.
Dentro ante la jueza de Catarroja que investiga lo que ocurrió durante el 29 de octubre, Pradas ha querido exculparse de todo. Y la excusa básicamente ha sido que ella no sabía nada, vamos que casi pasaba por allí aquel trágico día, aquel día mortal. Una recopilación de excusas donde destaca una por encima del resto: la exconsellera de Interior asegura que ella "no tenía experiencia ni conocimientos en emergencias". Era consellera.
Otra es que "acababa de llegar al cargo" y que su puesto era solo "institucional", es decir que no tenía una responsabilidad real en la gestión. Pradas llevaba tres meses en el cargo. Vuelve a insistir en que la toma de decisiones era "colegiada" con la Delegada del Gobierno. Una excusa que la jueza, en su auto, ya desmintió y también el propio vicepresidente de la Generalitat, Gan Pampols.
Y la mayor falsedad de todas esta: Pradas insiste en que "no estaban informados de la magnitud hasta final del día". Otra mentira porque, tanto los medios de comunicación como la propia investigación judicial lo han desmentido con pruebas.
El ventilador de Pradas
La segunda clave de la estrategia de Pradas es todo un clásico: encender el ventilador y esparcir la culpa a todo el que no sea ella ni Carlos Mazón, al que ha exculpado de toda responsabilidad. Ha dicho que la alerta no se envió tarde porque estuvieran esperando al President. Es más, dice que habló varias veces con él esa tarde, es decir, que estaba informado. Pero Pradas ha tenido para todos.
La exresponsable de emergencias ha cargado contra los técnicos del Cecopi diciendo que habría sido una "irresponsable" si no se hubiera fiado de ellos porque "tenían mucha experiencia". Ha atacado, una vez más, a Pilar Bernabé, la delegada del Gobierno, echándole en cara que "no estaba de forma presencial en el Cecopi". A ver, cómo puede echarle eso en cara cuando su propia consellería convocó a Bernabé de forma telemática.
Responsabiliza también a la Confederación Hidrográfica del Júcar. Pradas argumenta que los avisaron cuando empezó a descender el caudal del barranco del Poyo, pero no de la crecida que vino después. Algo que también han desmentido los distintos informes que ha ido recibiendo la jueza estas últimas semanas. Informes de los que se deducía que tenían información suficiente.
Ataca con mentiras
Otro señalado por Pradas ha sido José Miguel Basset, el entonces Inspector jefe de Bomberos de Valencia. Pradas le ha dicho a la jueza que ella "no dirigía nada" que era Basset el que estaba al frente del puesto de mando. Y sobre el retraso de tres horas a la hora de lanzar la alerta por el desbordamiento del río Magro, Prada culpa a la UME. Mentira, porque a ella misma la pillaron reconociendo que la Unidad Militar de Emergencia que se había ofrecido ya a la 12:45 horas el 29 de octubre.
Y el último a los que les ha salpicado el ventilador de Pradas ha sido el Servicio de Emergencia. La exconsellera "dice que no hubo ninguna comunicación por parte del 112". Incluso, con todo el descaro, ha dicho que no había pantallas en el Cecopi para ver la situación. Pues las imágenes dicen lo contrario. Las pantallas se ven perfectamente y lo que ha dicho es totalmente falso.