España cumple 10 años bajo el reinado de Felipe VI después de que su padre, el rey Juan Carlos I, decidiera abdicar sobre él la corona el 2 de junio de 2014.

En la firma de la ley de abdicación, la Casa Real española quiso transmitir una imagen de futuro y continuidad con las figuras del futuro rey, el que por entonces era el príncipe Felipe, y Leonor, que tenía tan solo siete años.

Tras casi 40 años de reinado, Juan Carlos I daba un paso a un lado para tratar de mantener a flote una monarquía que se tambaleaba tras conocerse los escándalos del caso Nóos y, sobre todo, el de su viaje a Botsuana en plena crisis económica; un momento marcado también por la aparición en escena de Corinna Larsen. Todos estos factores ayudaron a desestabilizar su reinado.

Una crisis en la imagen de la Casa Real a la que no ayudó el estado del monarca durante la pascua militar de 2014, en el que titubeaba, se perdía constantemente y no sabía llevar el hilo.

Seis meses después de este hecho llegaba el cambio con Felipe VI en el trono, en un intento de Zarzuela para renovar la monarquía. "Juro desempeñar todas mis funciones", dijo el recién proclamado rey de España.

Pero los escándalos de Juan Carlos I no cesaron: un regalo de 65 millones de euros del rey saudí ocultos en Suiza, tarjetas opacas, fondos en paraísos fiscales, testaferros... Una cascada de informaciones que llevaron a su hijo a tomar decisiones contundentes como retirarle la asignación de la Casa Real y hacerle renunciar a su herencia.

Poco después, la imagen de la Casa Real era muy diferente, lo que provocó que el rey emérito abandonara España asediado por los fiscales y medios que investigaban sus finanzas. Sin embargo, y a pesar de los delitos que se comprobaron, no se le pudo juzgar por ser inviolable.

Desde ese momento han pasado cuatro años, cuatro años que Juan Carlos I lleva haciendo su vida en Abu Dabi y ausentándose en actos tan importantes para la familia como la jura de bandera o de Constitución de la princesa Leonor.

En medio, viajes frecuentes a España. Un país al que, ya libre de investigaciones tributarias, podría regresar siempre que quiera cambiar también su residencia fiscal.