Un matrimonio peruano compró las entradas para visitar la Sagrada Familia y al llegar se la han encontrado cerrada. Todo ello a pesar de que abre todos los días del año.
En la estación de Sants de Barcelona, piquetes informativos cuentan a los comerciantes el motivo de los paros. Tras hablar con la dependienta, la convencen y la tienda de fútbol del Club Barcelona echa el cierre y se suma al paro.
Son muchos los comercios que han optado por no abrir en todo el día. Otros, como una papelería, ha decidido abrir para cumplir con sus clentes, pero cerrará pronto para sumarse a la protesta.
En las calles del centro de Barcelona, las persianas de comercios y restaurantes permanecen bajadas. En una óptica, el dueño ha dejado en manos de la encargada cerrar las puertas. "Ellos no se oponen a que cerremos", afirma.
Las medianas y grandes superficies, como Mercadona, han negociado con sus empleados parar de 14 a 16 horas y los trabajadores deciden si sumarse o no. Empresarios como los que agrupa PIMEC, convocantes del 'paro de país' al que se han sumado UGT y Comisiones y recomiendan a los dueños de empresas parar. "Se podrá aceptar o no, pero tiene que ver con el sentimiento que generó el 1-O", sostiene Josep González, presidente de PIMEC.