El quirófano es una estancia que el rey emérito conoce muy bien porque ha tenido que pasar por él hasta en 17 ocasiones.
La primera intervención data del 1954 cuando, con apenas 16 años, un joven Juan Carlos era operado de urgencia en Tánger de apendicitis.
Cuatro operaciones después, en mayo de 2010, vendría la más preocupante hasta la fecha. Tuvieron que extirparle un nódulo pulmonar. Un año después, el 3 de junio de 2011, le implantaron una prótesis en la rodilla derecha.
El año 2012 es especialmente duro para el monarca, que acude al quirófano hasta en cuatro ocasiones. El polémico viaje a Botsuana en abril acabó con la cadera derecha destrozada y una disculpa histórica: "Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir".
Solo siete meses después, en noviembre, vuelve a tener complicaciones en la cadera, esta vez en el lado izquierdo. Sus problemas de salud llegan a convertirse en cuestión de Estado, los dolores son evidentes y protagoniza varias caídas.
En abril de 2018, tras cinco años sin intervenciones, tienen que sustituirle la prótesis de la rodilla derecha, siendo su primera operación desde que ya no es jefe de Estado. Y en el mismo mes, le extirpan un carcinoma basocelular.
Todas sus intervenciones las ha afrontado con su particular humor. El pasado mes junio dejaba de representar a la corona en actos públicos para empezar a hacer vida normal. La última intervención a la que ha sido sometido se ha llevado a cabo este sábado,para implantarle tres 'bypass'.