Felipe VI y su padre, el rey Juan Carlos, han vuelto a encontrarse este lunes en el funeral de Fernando Gómez-Acebo, fallecido el pasado 1 de marzo a los 49 años, al que también han asistido las reinas Letizia y Sofía y las infantas Elena y Cristina.
La ceremonia fúnebre en memoria del quinto hijo de la infanta Pilar de Borbón, la hermana de Juan Carlos I, ha tenido lugar en la iglesia catedral de las Fuerzas Armadas de Madrid, con la presencia de otros familiares y allegados del fallecido. Es la segunda ocasión en la que Felipe VI y su padre se reencuentran en público este año, después de hacerlo en el Castillo de Windsor, cerca de Londres, el pasado 27 de febrero en la misa en recuerdo de Constantino de Grecia.
El rey emérito ha llegado en el mismo coche que la reina Sofía y Cristina de Borbón, después de que lo hayan hecho la infanta Elena y sus hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica. Doña Sofía ha esperado a Juan Carlos I y le ha hecho un gesto para entrar juntos en la iglesia castrense. Como es habitual, el anterior jefe del Estado, de 86 años, se ha apoyado en un bastón al bajarse del coche y se ha movido con la ayuda de su asistente.
Posteriormente, han llegado caminando agarrados del brazo desde la calle Mayor don Felipe y doña Letizia, a quienes han esperado a la entrada del templo los cuatro hermanos del fallecido, Simoneta, Juan, Bruno y Beltrán. Felipe VI se ha fundido en un abrazo con sus primos y también ha saludado con cariño a la viuda del fallecido, Nadia Halamandari, y al hijo de ambos. En un lateral del primer banco, se han sentado los reyes y los eméritos y en el otro, las infantas y los hijos de Elena de Borbón.
La reina Letizia, vestida de negro, ha lucido un broche de brillantes con una perla que perteneció a la reina Victoria Eugenia. Juan Carlos I viajó a Madrid el pasado viernes para asistir al día siguiente a la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y de Teresa Urquijo, en la que también estuvieron sus dos hijas y doña Sofía, si bien esta solo fue al convite. El emérito no asistió a la capilla ardiente ni al entierro de Gómez-Acebo al encontrarse en Baréin presenciando la carrera de Fórmula Uno.
Felipe VI, junto a la reina Letizia, sí acudió al tanatorio y al día siguiente, ya solo, estuvo en el entierro en el cementerio de San Isidro de Madrid. Don Juan Carlos se ha alojado en Madrid o en sus alrededores, aunque no ha trascendido el lugar, si bien se da por hecho de que se trata de una residencia privada al no poder pernoctar en el Palacio de la Zarzuela.
En la anterior vez en la que se vieron, Felipe VI y Juan Carlos I dejaron una imagen destacada al salir de la capilla de San Jorge de Windsor. El emérito se apoyó del brazo de su hijo, un gesto que la Casa del Rey puntualizó que no suponía una rehabilitación institucional de don Juan Carlos, sino una muestra de cariño entre padre e hijo.
Desde que se instaló en Abu Dabi, Juan Carlos I ha hecho cuatro visitas a Madrid, la última de ellas el 20 de diciembre para la celebración del 60 cumpleaños de la infanta Elena. Entre los asistentes al funeral, oficiado por el arzobispo castrense, Juan Antonio Aznárez, ha habido otros miembros de la familia del rey, como la infanta Margarita, hermana de Juan Carlos I, y su esposo, Carlos Zurita, y sus hijos, María y Alfonso.
Otros asistentes han sido Pedro y Cristina Borbón-Dos Sicilias, Eugenia Martínez de Irujo, el exministro Alberto Ruiz-Gallardón y el exjefe de la Casa del Rey Rafael Spottorno.