Íñigo Errejón, ex portavoz de Sumar en el Congreso, presentó su dimisión el 24 de octubre, señalando que había alcanzado "el límite de la contradicción entre el personaje y la persona". En un comunicado difundido a través de su perfil de 'X', el político expresó que la presión y el ritmo de vida en la política durante una década habían afectado su salud física y emocional, sugiriendo que el patriarcado genera una "subjetividad tóxica" en los hombres.
Poco después de su renuncia, surgieron acusaciones de acoso sexual en redes sociales, que culminaron en una denuncia formal por parte de la actriz Elisa Mouliaá ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional. Mouliaá se ha declarado "víctima" y ha aportado su testimonio en un momento en que la figura de Errejón se encuentra en el ojo del huracán.
El perfil político de Íñigo Errejón se había caracterizado principalmente por defender una sociedad más justa e igualitaria, apostando por el feminismo y rechazando rotundamente el machismo. En este contexto, ha señaló que "no hace falta una violación espectacular para que nos indignemos", enfatizando la necesidad de un cambio cultural en torno a la violencia de género. Errejón afirmó que "esto a los hombres no nos pasa y simplemente tiene que dejar de pasar".
En 2022, alertó sobre la "impunidad" y la "cultura de la violación", cuestionando qué estaba pasando en la sociedad. Para él, este fenómeno representaba un tipo de violencia contra las mujeres que requiere una "conciencia ciudadana". En repetidas ocasiones, expresó su deseo de erradicar la vergüenza de las sentencias que parecen pertenecer a "la España del siglo XIX", insistiendo en que "abuso es agresión, solo el sí es sí" y que "creemos a todas las víctimas de agresiones sexuales".