Carlos Mazón está cada vez más acorralado. Todo, por la DANA. Todo, también, por él mismo. Por sus palabras. Por sus acciones. Por sus propias declaraciones. Por una serie de acontecimientos en los que él se ha contradicho o en los que la realidad misma le ha desmentido. Porque sus versiones en las primeras horas de la gestión de la crisis, directamente, no cuadran.
Con la Confederación Hidrográfica actualizando toda la información en tiempo real, la ciudadanía no recibió aviso alguno de la Generalitat hasta pasadas las ocho de la tarde. Ahí, en ese momento, ya era demasiado tarde. Mazón, lejos de estar informado y donde debía de estar, se encontraba en una comida con una periodista que se alargó hasta las 18:00. Estaba, además, incomunicado.
Llegando tarde, dos horas tarde para ser exactos, a la reunión del CECOPI. Ahí, lo que alegó tener era problemas de cobertura. Todo entra en contradicción con los mensajes que trasladó del asunto Alberto Núñez-Feijóo, líder del Partido Popular. El dirigente del PP dijo que el president le tenía informado en tiempo real.
Sin embargo, la cobertura no era tal para las comunicaciones con Teresa Ribera. La ministra trató de contactar con él, según asegura, hasta en cuatro ocasiones el día de la DANA. Mazón dice que todo fue ya pasadas las ocho de la tarde... y sigue sin haber mostrado las capturas de unas llamadas perdidas que él dice que existen.
Además, los emails y las redes sociales. Con Mazón afirmando en dicho día, en un tuit ya borrado, que las lluvias remitirían a eso de las 18:00, la Conferencia Hidrográfica fue enviando correos para informar de la subidas de caudal. A las 12:00, a las 17:00, a las 18:45, a las 18:55... En este último se daba una alarmante cifra: 2.282m3/s.
Mientras Mazón aseguraba que se siguieron todos los protocolos, su consellera de Emergencias, confirmó que desconocía el sistema de alertas a la ciudadanía.