El rey emérito, Juan Carlos I, ha abandonado este lunes España desde el aeropuerto de Vigo y con destino a Niza tras pasar una semana en Sanxenxo (Pontevedra), sin haberse reunido con su hijo, el rey Felipe VI, y manifestando que le gustaría residir en España.
"Por supuesto", ha dicho a primera hora de la mañana el rey emérito en Sanxenxo, desde el interior del coche en el que se marchó hacia Vigo, cuando fue preguntado si le gustaría vivir en España."Muy bien, estupendamente. Muchísimas gracias por todo", ha sido el resumen de su estancia en Sanxenxo, en la que ha sido su cuarta visita desde su marcha a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto de 2020 y en la que se ha dejado ver más que nunca.
Al volante del vehículo en que abandonó Sanxenxo iba el amigo íntimo del exmonarca Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo (RCNS), en cuya vivienda ha pasado Juan Carlos I estos días. De Sanxenxo salió minutos antes de las nueve de la mañana y del aeropuerto de Vigo despegó diez minutos antes de las diez a bordo del mismo jet privado en el que llegó el pasado lunes, día 25 de septiembre.
Pese a que a escasos 15 kilómetros de Sanxenxo se celebró la semana pasada el Foro La Toja Vínculo Atlántico en O Grove, en el que estuvo presente el pasado jueves Felipe VI, padre e hijo no se vieron en tierras gallegas. El rey Juan Carlos presidió ayer, domingo en la sede del RCNS la entrega de trofeos de la octava edición de la regata que lleva su nombre, en la que fue quinto a bordo del Bribón, con el que compitió el viernes y el domingo en la clase 6M.
El emérito escuchó algún grito aislado de "viva el rey" y muchos aplausos mientras se posicionaba para la ceremonia. En el acto también participó la infanta Elena, quien entregó premios a los segundos clasificados de esa categoría y quien también recibió el premio por el tercer puesto de la clase 6M con el Erica.
La infanta Elena estuvo acompañando a su padre en Sanxenxo desde el pasado viernes. La víspera, Juan Carlos I recibió a su hermana, la infanta Margarita, que llegó a Galicia con sus hijos, Alfonso y María Zurita, y su nieto Carlos.