El rey emérito ha realizado un pago de más de cuatro millones a Hacienda en lo que supone el segundo proceso de regularización fiscal después de que el pasado mes de diciembre abonara 678.393 euros a Hacienda.
Según publica El País, citando fuentes conocedoras de la operación, este pago de Juan Carlos I se realiza por el regalo de viajes en jet privados por valor de ocho millones. Estos vuelos estaban pagados por la fundación Zagatka, propiedad de su primo lejano Álvaro de Orleans, y se considera que deben ser tributados como IRPF a Hacienda, como explica dicho medio.
En diciembre, el emérito pagó casi 700.000 euros, incluyendo intereses y recargos de la deuda tributaria que tenía con Hacienda por el uso de tarjetas 'Royal black'. Un ingreso que se producía sin requerimiento previo, por lo que la Agencia Tributaria abrió ningún expediente al respecto. Esta regularización era sobre los ingresos opacos que utilizó entre 2016 y 2018, años en los que ya no era inviolable, y que fueron a cargo de un empresario mexicano.
El propietario de las cuentas que pagaron hoteles, viajes y restaurantes, entre otros, es el mexicano Allen Sanginés-Krause y el emérito dispuso de ese dinero a través de un supuesto testaferro, el coronel del Ejército del Aire, Nicolás Murga Mendoza, según Anticorrupción.
El rey emérito tiene dos causas más abiertas en la Fiscalía del Supremo, donde se encuentra aforado: la investigación sobre el supuesto cobro de comisiones ilegales por las obras del AVE a la Meca en 2014 (todavía inviolable) y la relativa a las sociedades en paraísos fiscales.
El dinero regularizado no tiene nada que ver con las cantidades de las que disponía el exjefe del Estado en Suiza, donde recibió un regalo en 2008 del entonces rey de Arabia Saudí de 100 millones de dólares (65 millones de euros). En 2012 vació estas cuentas y donó el dinero a su amante Corinna Larsen.