El presidente del Gobierno pide a todos los partidos que reflexionen sobre lo que paso en la sesión de control del Congreso, porque estos plenos "no pueden ser una ceremonia de crispación".
Y preguntado por si romperá con Rufián, como hizo con Casado cuando le acusó de participar en un golpe de Estado, Sánchez responde pidiendo "tanto al señor Rufián como al señor Casado que pidieran disculpas".
Una petición que no entiende el PP, que opina que "Sánchez no se enteró porque el lío fue entre Rufián y Borrell y el PP no tuvo nada que ver". Casado cree que se comportan así porque necesita a ERC para gobernar: "La actitud del Gobierno es más condescendiente con ellos y más beligerante con la oposición parlamentaria".
Su reflexión es similar a la que hace Ciudadanos, que también culpa al Gobierno de que se haya llegado a esta situación porque "el Gobierno se le ha ido Frankenstein de las manos". Pero para el PdeCat, precisamente Ciudadanos es el culpable porque "lleva meses crispando con su estrategia de tensión".
Por su parte, para Pedro Quevedo las dos partes son culpables porque "ni los unos parecen saber lo que es un golpe de Estado ni los otros lo que es el fascismo". También los hay, como Ana Oramas, que piensan que Borrell debería haber aguantado.
Podemos abre una nueva vía señalando a Pastor, porque para Yllanes, "la expulsión de Pastor lo único que consiguió fue exacerbar el incidente". Coincidencia entre todos en que la situación no se puede repetir, pero no en quién es el culpable.