Las grúas han intentado en dos ocasiones trasladar la cruz de los caídos de Callosa. "Queremos que la cruz se quede aquí", insistía un vecino.
Y las dos veces los vecinos que se concentran en la plaza como plataforma en defensa de la Cruz lo han impedido. Pero las cosas pueden cambiar. "Del 29 de enero hasta el 2 de febrero la concentración se traslada", afirma Francisco Macià, alcalde de Callosa del Segura.
Es en este intervalo de tiempo cuando el Ayuntamiento, con el visto bueno de la Generalitat Valenciana, prevé que se produzca el traslado definitivo de este símbolo franquista.
"En ese monumento no hay signo alguno que exalte la Guerra Civil, lo podemos ver todos los que estamos presentes", indica Juan José Liarte, de la Asociación Española de Abogados Católicos.
"Había una inscripción en la que ponía José Antonio Primo de Rivera y se retiró. Por lo tanto es una cruz con el nombre de las víctimas", señala Antonio Illán, presidente de la Plataforma en Defensa Cruz de Callosa.
Los miembros de la plataforma defiende la cruz por su simbología religiosa y se desvinculan de los grupos de extrema derecha llegados a la localidad para protegerla.
"Vino la Falange de Alicante con símbolos franquistas y banderas anticonstitucionales", asegura una vecina. El Ayuntamiento aboga por el mantenimiento de la Cruz en un museo donde se reconozca el valor histórico. "Vamos a trasladarla al museo y vamos a poner en marcha un espacio de memoria", añade el alcalde.
"Eso está muy mal. Ahí tenemos fotos de comuniones, bautizos... de todo", dice una vecina. "Que la quiten y ya está, que ahí no hace nada", asegura un vecino. Un conflicto que mantiene dividido, desde hace 400 días, a la localidad alicantina de Callosa.