El cartel del expresidente Aznar ha acompañado la entrada de quien más han relacionado con él en esta campaña: Pablo Casado, que ha estado acompañado de su mujer, ha repartido besos y se ha dejado fotografiar ante las muchas cámaras que le acompañaban. Papeleta en mano, ha enseñado su nombre en todas direcciones.
Casado se ve con muchas posibilidades y con ganas de integrar. A la misma sede ha llegado su rival, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha practicado un ritual similar, aunque se ha mostrado un poco tímida cuando le han pedido enseñar su voto. Cospedal ha llegado entre aplausos y alardeando de popularidad. Sus palabras han sido de agradecimiento a los militantes, pero se ha mojado más bien poco respecto a su futuro.
Por su parte, y desde Ávila, García Hernández ha votado y, aprovechando que era su cumpleaños, ha repartido tarta con su nombre. Se ha mostrado contento durante la jornada de primarias y ha pedido unidad en el partido. En Jávea, García-Margallo, con menos presencia mediática, ha afirmado que no se aventura en quinielas, pero sí en siguientes pasos: "Si el apoyo del ganador no es numeroso, es posible que haya que buscar más consenso".
El sexto candidato, también en Valencia, Elio Cabanes, ha sido el más madrugador. Se ha limitado a firmar que vuelve a trabajar a la estación de servicio, que lleva "toda la semana sin aparecer por allí".