El Gobierno intenta dar por zanjada la crisis que ha sacudido a Sumar, asegurando que esta situación no afecta a la coalición en su conjunto. La portavoz gubernamental, Pilar Alegría, declaró que "en la relación de la coalición no afecta", resaltando que Sumar había actuado con contundencia para resolver el conflicto interno. Desde Moncloa, la intención es cerrar este episodio lo antes posible y proyectar una imagen de unidad.
Sin embargo, dentro de Sumar el panorama es más complejo. La crisis ha dejado al partido en un estado de incertidumbre, y el secretario general en el Congreso, Txema Guijarro, expresó que el principal reto ahora es "cómo garantizar que el espacio salga adelante". Guijarro también reconoció que es necesario replantear responsabilidades y trabajar en una "nueva etapa" que responda a las demandas internas de cambio.
Las críticas al liderazgo en Sumar no son nuevas. Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida, ha cuestionado el "hiperliderazgo y las decisiones verticales" dentro del partido, mientras que Águeda Micó, diputada de Sumar y secretaria general de Més Compromís, pide una estructura de decisiones más horizontal y en la que todos se sientan cómodos.
Uno de los puntos clave sigue siendo la elección de una nueva portavoz. El nombre de Aina Vidal ha surgido como una posible opción, aunque no hay consenso en torno a su figura, y algunos sectores, como los comunes, dudan de que sea la mejor alternativa en plena crisis. Al ser consultada, Vidal respondió que esta decisión debe ser "una reflexión coral y de partido", subrayando que aún queda mucho por decidir.