Caso Errejón

Mouliaá entrega su móvil al juez y Errejón evita hacerlo: "Hay pruebas que delatan que no hubo consentimiento"

La otra cara
El exdiputado no ha acudido al juzgado ni ha entregado su propio teléfono, a la espera de que se resuelva su recurso contra esta medida decretada por el juez.

Elisa Mouliaá a su llegada a los juzgados de Plaza de CastillaElisa Mouliaá a su llegada a los juzgados de Plaza de CastillaEFE / Daniel González
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Elisa Mouliaá ha entregado su teléfono móvil al juez que investiga a Íñigo Errejón por la presunta agresión sexual a la actriz en septiembre de 2021. El exportavoz de Sumar, sin embargo, no lo ha hecho, aunque el magistrado también se lo había requerido, a la espera de que se resuelva su recurso de apelación contra esta medida.

La denunciante, en cambio, sí que ha entregado el suyo y ha asegurado que el juez encontrará en ese dispositivo "pruebas que delatan que no hubo consentimiento y que hubo una agresión". Así lo ha manifestado ante la prensa a su llegada a los Juzgados de Plaza de Castilla este viernes, acompañada por su abogado.

"Esto parece el día de la marmota", ha señalado la denunciante, que ha recordado que ya acudió al juzgado a entregar su teléfono anteriormente, pero entonces no pudo ser analizado por motivos técnicos. "No tenemos nada que ocultar y esperemos que el acusado se presente esta vez", ha dicho. Paralelamente, la defensa de Errejón confirmaba que no acudiría.

A la pregunta de qué encontrará el juez Adolfo Carretero en su terminal, Mouliaá ha aseverado que en él hay conversaciones que prueban la agresión. "La conversación con Íñigo Errejón, la conversación con mi amiga Jana en la que le decía ese día que me había invadido y que me había acosado, las conversaciones con otros testigos...", ha detallado.

Errejón no entrega su móvil

El juez Carretero había citado este viernes a Mouliaá y a Errejón para que entregasen sus móviles y poder analizar así las conversaciones que mantuvieron antes y después de los hechos. La defensa de Errejón, sin embargo, ha presentado un escrito manifestando que el investigado no acudiría, sino que "esperará a la resolución del recurso de apelación". La defensa ya había pedido anteriormente paralizar la entrega del móvil para evitar que su contenido acabara en los medios.

Ese escrito, al que ha tenido acceso laSexta, alega además que Errejón "ya no conserva el dispositivo móvil que tenía el 8 octubre de 2021", puesto que cambió de móvil en noviembre de 2023.

Defiende además que Errejón "ya aportó desde el inicio de la investigación todas las conversaciones que conserva" con Mouliaá y "no ha borrado ninguna conversación" con la actriz, "siendo esta la única que ha eliminado el rastro de contacto", por lo que entiende que solo tiene sentido practicar la diligencia en el móvil de ella.

A este respecto, la propia Mouliaá ha indicado a preguntas de la prensa este mismo viernes que "se borraron ocho mensajes en dos años", tanto suyos como de Errejón, por parte de su anterior abogada. Mensajes "esporádicos", ha dicho, de "respuestas de Instagram", en los que en cualquier caso no había "ninguno que aluda a volver a verse".

Entre otros argumentos, la defensa del exdiputado esgrime en el citado escrito que parte de la información que se pretende obtener de los móviles requeriría librar mandatos judiciales a Instagram y que hay "medidas de investigación menos lesivas del derecho a la intimidad para obtener el mismo resultado probatorio". Incide en que no se puede acceder "de forma parcial" al teléfono, sino que tendría que volcarse todo su contenido y esto "supera los límites de la privacidad y seguridad de los datos que tienen los usuarios".

Para explicar por qué Errejón no acude al juzgado, la defensa también alega que su representado tiene derecho a que su comparecencia judicial sea "lo menos gravosa posible" y solo sea exigible si es "estrictamente indispensable conforme a la ley", "estando pendiente de resolución" el citado recurso de apelación. Finalmente, incide en que esta diligencia no la ha interesado la propia denunciante, sino la acusación popular, a la que acusa de perseguir una finalidad que "no es probatoria, sino mediática".