El líder del PP, Pablo Casado, ha reivindicado el legado del partido en Valencia, del que se ha mostrado orgulloso a pesar de sus "sombras" y que considera que ha dado las "mejores páginas de la historia" de la Comunitat Valenciana.
En esta comunidad, uno de los tradicionales feudos del PP, Casado ha presentado los principales candidatos a las elecciones autonómicas y municipales y lo ha hecho poniendo en valor, con nombres y apellidos, la labor de sus predecesores: Alberto Fabra, Francisco Camps y Eduardo Zaplana, para quien ha reclamado "humanidad en el trato penitenciario".
Pero sobre todo ha reivindicado a la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, después de que sus familiares hayan mostrado su indignación por el "uso electoralista" que el partido ha hecho de su figura en los últimos días, y a ellos se ha dirigido para decirles que no pretende "patrimonializar" su espíritu.
Para Casado está claro que Barberá "antepuso los intereses de Valencia y de España a los suyos" cuando dejó las filas del PP en el Senado para pasar al Grupo Mixto, una salida que ha atribuido a la exigencia de Ciudadanos para apoyar la investidura de Mariano Rajoy.
Frente a estas peticiones "humillantes" de Ciudadanos, que el PP "tuvo que aceptar", Casado ha contrastado el acuerdo alcanzado con esta misma formación y con Vox esta semana para gobernar en Andalucía, en el que hay no "una sola medida negativa" y el partido no ha renunciado "a nada" de lo que defiende.
"Nadie nos va a dar lecciones de firmeza en las ideas, nadie nos va a decir lo que son los pactos políticos", ha concluido a este respecto. Ahora está convencido de que María José Catalá, la nueva candidata del PP por Valencia, es la depositaria del "gran legado" de la exalcaldesa valenciana y va a "encarnar" ese mismo espíritu.